El versículo 1 describe al Padre sosteniendo el libro completo de Apocalipsis (con siete sellos sobre él) en Su mano derecha. ¡En este punto, el libro (en realidad un rollo o pergamino) está aún sin abrir — sellado — cerrado! Ahora note: “Y vi en la mano derecha del que estaba sentado sobre el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos”.
El siete es el número de completo para Dios — y, por supuesto, el libro también estaba completamente sellado. Esto quiere decir que el significado de la profecía ha permanecido oculto de la vista — ¡no disponible a la humanidad! Ni siquiera ha sido posible leerlo correctamente en la secuencia apropiada, mucho menos entenderlo.
Aquí está la descripción: “Y vi a un ángel fuerte predicando en alta voz: ¿Quién es digno de abrir el libro, y de desatar sus sellos? Y ninguno podía, ni en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, abrir el libro, ni aun mirarlo. Y yo lloraba mucho, porque no se había hallado ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo (vs. 2-4).
El relato revela que nadie está calificado para abrir el libro. Si tan sólo los hombres simplemente le creyeran a Dios, no habría habido tantos hombres, a través de los siglos, dando sus interpretaciones de una profecía que no puede ser posiblemente entendida. Como Daniel, que registró una profecía que no entendió, Juan tampoco pudo comprender esta profecía. Él realmente lloró porque no veía manera alguna de abrir el libro (vs. 5).
¡Es en este punto cuando Cristo, y sólo Cristo (no algún ser humano), es estimado “digno” de QUITAR LOS SELLOS DEL LIBRO!
¡Entienda esto! La interpretación del libro de Apocalipsis no es la interpretación de La Iglesia de Dios Restaurada, o de alguna persona dentro de ésta, incluyéndome. Ningún hombre es capaz de abrir una sola profecía en este libro.
El libro de Apocalipsis ha estado disponible en español desde que la versión Reina-Valera fue traducida del griego original en 1569. Así, en la superficie, este es un punto difícil de entender porque, por supuesto, muchos han abierto la Biblia en este libro y han leído todos sus 22 capítulos. Pero ellos no lo han entendido correctamente. Porque no han creído al capítulo 5 — que Jesucristo es la única autoridad para quitarle los sellos al libro. Infinitas “interpretaciones” que difieren, compiten, son ideadas por los hombres y crean mucha confusión, han flotado por casi 2.000 años. Los novelistas populares modernos sólo han empeorado las cosas.
No se confunda acerca de quién es el único que puede abrir este libro para un entendimiento correcto. Recuerde, el libro de Daniel es un acompañante de todas las principales profecías de Apocalipsis, y su libro fue “sellado hasta el tiempo del fin” (12:9).
Cristo revela el significado de estas profecías: “Y vino, y tomó el libro de la mano derecha de aquel que estaba sentado en el trono” (Apo. 5:7).