Hemos alcanzado ahora la última parte del séptimo sello — que es la séptima trompeta, el tercer ay o lasúltimas siete plagas (vs. 1). ¡Todos estos cuatro términos representan exactamente la misma cosa! Como hemos visto, ellos son sinónimos. Examinemos ahora lo que ellos significan.
Recuerde del capítulo 11 (vs. 15-19) que el sonido de la séptima trompeta representa el momento cuando Cristo regresa a establecer Su reino. ¡El tiempo es que la ira de Dios ha llegado!
He aquí está lo que Juan escribió: “Y se airaron las naciones, y Tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a Tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen Tu nombre, a los pequeños y a los grandes [la primera resurrección], y de destruir a los que destruyen la tierra” (vs. 18).
Juan registra que las naciones “estaban airadas”. ¡Pero Dios también lo está! Note que dice: “Tu ira ha venido”. ¡Mantenga esto claro! La última parte del séptimo sello, la séptima trompeta, el tercer ay, las siete últimas plagas — las copas — son todos uno y el mismo evento — ¡LA IRA DE DIOS! ¡Es este tiempo que finalmente habrá venido a todos los habitantes que sobrevivan en la tierra!
Note: “Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios” (15:1).
Antes de que esto ocurra, los versículos 2 y 3 muestran que los santos resucitados cantan alabanzas a Dios. La ira de Dios está a punto de completarse. Si algo está “consumado”, ya no hay lugar para algo más. Esto representa la suma final del castigo de Dios.
Capítulo 16: Las siete últimas plagas (copas) son derramadas
El capítulo 16 describe estas plagas (llamadas copas aquí — vs. 2-4, 8, 10, 12, 17). ¡Ellas reflejan el juicio final de Dios contra el sistema falso, llamado “Babilonia la Grande” (17:5; 18:2, 8, 10)!
La primera copa es derramada sobre la tierra: “…y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen” (Apo. 16:2). Estos individuos pertenecen al gran sistema falso de iglesia–estado.
La segunda plaga es similar a la que sufrieron los egipcios justo antes del éxodo (Éxo. 7:14-25). “El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y este se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser vivo que había en el mar” (Apo. 16:3).
Lea usted mismo las siguientes tres plagas. Los ríos y las fuentes se convertirán en sangre; el sol se hará tan caliente que quemará a los hombres con fuego. Las tinieblas y el dolor se volverán insoportables. Ahora note el versículo 11. Después de todas esas plagas de Dios, los hombres aún “…blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras”.
Esta última generación es tan vil, corrupta y desdeñosa, que Dios los sujetará al peor castigo posible — ¡y aún así, ellos no entenderán — ni se arrepentirán!
Cristo comparó estos días con el tiempo de Noé: “Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca” (Mat. 24:37-38).
¿Cómo vio Dios aquel tiempo? “Y vio el Eterno que la malicia de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Gén. 6:5). ¡Estamos entrando de nuevo a ese tiempo!
La importante sexta plaga
La sexta de estas últimas plagas establece el escenario para la batalla final para resistir a Cristo en Su regreso. Fuerzas de maldad espiritual son liberadas para forzar la destrucción y devastación de los habitantes de la tierra.
Note cómo a estas fuerzas se les permite reunirse: “El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates; y el agua de este se secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente” (Apo. 16:12).
El río Éufrates comienza en Turquía y fluye hacia el sur a través de Siria e Irak, alcanzando finalmente al Golfo Pérsico. Dios hará que este río se seque, permitiendo que los “reyes del Oriente” (guiando al ejército de 200 millones de hombres) crucen fácilmente hacia la Tierra Santa. Esto es sólo un preludio — la colocación del escenario — de eventos aún más significativos por venir.
El versículo 13 continúa: “Y vi salir de la boca del dragón [el diablo, Apo. 12:9], y de la boca de la bestia [el gobernante civil del tiempo del fin, influenciado por el diablo], y de la boca del falso profeta [el líder religioso asociado con el gobernante del tiempo del fin], tres espíritus inmundos en forma de ranas”. En Apocalipsis 17:5, a este sistema se le llama “Babilonia la Grande”.
El versículo 14 dice: “…pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso”. Estos “espíritus de demonios” son ángeles caídos que siguieron a Lucifer (ahora Satanás) en su insurrección contra el Creador (Isa. 14:12-14; Eze. 28:12-17; Apo. 12:4).
¡Note! Este líder será acompañado por un carismático líder religioso, quien ejecutará milagros con el poder del diablo (Apo. 19:20; 13:11-14). Cuando los pueblos de la tierra presencien estos milagros, serán engañados a pensar que este sistema falso es de Dios, ¡y que pueden pelear exitosamente contra lo que percibirán como invasores sobrenaturales! Estos dos hombres sin duda estarán poseídos por demonios (16:13) o por el diablo mismo, llevando a este sistema religioso-político-militar hacia la batalla final.
La batalla del gran día del Dios Todopoderoso
El final y seductor Falso Profeta ¡guiará al mundo a adorar a la bestia como Dios (II Tes. 2:3; Apo. 13:4, 16:12 y 19:20)! Este engaño será tan grande y tan amplio, que ellos aun engañarán a la humanidad para que peleen contra Cristo a Su Segunda Venida (Apo. 16:9, 13-16; 17:13-14).
A la séptima plaga (copa) se refiere comúnmente como la Batalla de Armagedón. Este es un nombre inapropiado. Apocalipsis 16:16 registra que ellos son congregados en un “lugar llamado” Armagedón. En este tiempo, la Bestia y el Falso Profeta están obrando fervientemente sus milagros finales para engañar a las masas (16:13).
El versículo 14 revela que el nombre apropiado de esta batalla es “La batalla del gran día del Dios Todopoderoso” — ¡no Armagedón! Esta es la batalla de DIOS. Ésta no es como tantas famosas batallas de hoy en día que son llamadas según su localidad — tal como Gettysburg, Waterloo, Verdún o Stalingrado. La batalla tiene lugar a 30 millas de Jerusalén. La localidad no es importante — ¡pero el propósito de Dios SÍ lo es!
Dos fuerzas mayores (la Bestia y los hombres de Oriente) verán a Cristo venir en las nubes (Hechos 1:11-12). Considerándolo su más grande amenaza, ellos se unirán, formando una alianza para pelear contra lo que ellos perciben como su enemigo común. Estos hombres estarán enojados. Ellos no se someterán al gobierno de Dios. Ellos pensarán que el verdadero Cristo es realmente el “Anticristo” y “…pelearán contra el Cordero” (Apo. 17:14).
¡No hay ninguna batalla profetizada a ocurrir entre ejércitos humanos! Esta última y decisiva batalla será peleada por ejércitos fuera de Jerusalén (aquellos que se reúnen en Armagedón) ¡contra Cristo y Sus santos!
Un muy grande terremoto final
¡Hay un terremoto final el cual señala que Dios va a la batalla! Este terremoto será el más poderoso de todos los tiempos. Apocalipsis 16:17-18 dice: “El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho está. Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra”.
Este terremoto cambia la topografía entera de la tierra. Note en el versículo 20: “Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados”. Éste parece completar el proceso iniciado por el terremoto de Apocalipsis 6:12-14, en el cual “toda isla huyó y los montes no fueron hallados”. Este terremoto se menciona en Zacarías 14.
El versículo 4 dice: “Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur”. Ahí, el versículo 9 dice: “Y el Eterno será Rey sobre toda la tierra…”
Por lo menos tres de los cinco terremotos de Apocalipsis son acompañados por voces, relámpagos y truenos. Estos ocurren en el momento de Apocalipsis 8:5 (al comienzo del Día del Señor), Apocalipsis 11:19 (después del regreso de Cristo), y en el terremoto final de Apocalipsis 16:18 (al final de las siete últimas plagas). (Apocalipsis 6:12 y 11:13 describen los otros dos terremotos)
Para que las voces se oigan en medio de un terremoto, especialmente cuando son acompañadas con relámpagos y truenos, estas voces tienen que ser de ángeles poderosos. (Lea nuestro folleto gratuitoTerremotos y volcanes en profecía para aprender más.)
Capítulo 17: La mujer de Babilonia la grande
Los capítulos 17 y 18 son otra inserción que describen al gran sistema romano que es destruido al final del capítulo 16. Estos capítulos dan una descripción más detallada de la gran iglesia universal. La descripción incluye a sus “hijas” rameras (17:5), las cuales han ayudado a engañar a todas las naciones (17:1-2; 18:3).
Muchas profecías del tiempo del fin utilizan términos como cabezas, cuernos, dedos, reyes, etc. Varios capítulos completos deben ser estudiados para aclarar su significado. Estos clarifican las diferentes resurrecciones del mismo sistema romano.
De nuevo, al comparar Daniel 7 con Apocalipsis 13 y 17, se hace claro que hay siete resurrecciones del Sacro Imperio Romano. Seis han venido y se han ido — ¡y la última se está formando ahora! Esta resurrección durará por lo menos tres años y medio, coincidiendo con la Tribulación (Mat. 24:21-22) y la Ira de Dios.
Entienda otra conexión importante a estas resurrecciones del sistema romano. Apocalipsis 17 describe a cada una como teniendo “…una mujer sentada sobre una bestia escarlata, llena de nombres de blasfemia, teniendo siete cabezas y diez cuernos” (vs. 3). Las siete cabezas son siete resurrecciones separadas, con una resurrección final de diez cuernos (compuesta de diez reyes).
Es esta mujer la que propaga el “misterio de iniquidad” mencionado por Pablo en II Tesalonicenses 2:7.
De esta mujer, los versículos 5-6 dicen: “Y en su frente un nombre escrito, UN MISTERIO, BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA. Y vi la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús”. El versículo 1 la llama “…la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas…”
Detengámonos y preguntemos: ¿Qué son las “muchas aguas”?
Este es un ejemplo clásico de permitir que la Biblia se interprete a sí misma. Catorce versículos más tarde, el término es explicado: “Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas” (vs. 15). Esto muestra que la influencia de la ramera abarca toda la tierra.
En este caso, el término no fue explicado inmediatamente, pero simplemente al continuar leyendo se revela lo que significa. ¡La Biblia se interpreta a sí misma!
Los versículos 5-6 son una descripción gráfica de una gran iglesia gentil que es un descendiente moderno de Babilonia. Ella es una “madre” de muchas hijas “rameras” que salieron de ella en protesta porque estuvieron en desacuerdo con unas pocas de sus abominaciones. Esta no es una iglesia pequeña, sino más bien una iglesia “grande” gobernando a muchos pueblos. El versículo 2 habla de su “fornicación” con los “reyes de la tierra”. Y el versículo 18 habla de la mujer como “…la gran ciudadque reina sobre los reyes de la tierra”. Esta es una gran iglesia que ha buscado influenciar naciones y eventos mundiales. Sólo una ciudad encaja con esta descripción.
Una mujer muy diferente, como la vimos descrita en Apocalipsis 12 como la Iglesia de Dios, ha sido perseguida por esta gran iglesia falsa por casi 2.000 años (17:6). Son sus ministros los que se han “deslizado” en la Iglesia de Dios (Judas 3-4) como “lobos” hablando “cosas perversas” (Hechos 20:29-30) y tratando de arrastrar a las personas de regreso al “misterio” del cristianismo falso.
Daniel 7:19-20 arroja más luz sobre lo que sucede cuando los santos regresan con Cristo. Su primera responsabilidad es remplazar a lo que Daniel llama la “cuarta bestia” (el imperio final de alcance mundial), que gobierna con la asistencia de un “cuerno pequeño”. Este cuerno pequeño es un reinoreligioso y es lo mismo que la mujer que cabalga las bestias de Apocalipsis 17. Este reino religioso ha gobernado sobre todas las resurrecciones previas, o resurgimientos, del Sacro Imperio Romano.
Los santos habrán soportado tremenda persecución a manos de este “cuerno pequeño” — la mujer. Pero finalmente los santos fieles serán recompensados de una manera increíble: “Y veía yo que este cuerno [el sistema babilónico de Apo. 17:5-6] hacía guerra contra los santos, y los vencía, hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino” (vs. 21-22).
Los capítulos 17 y 18 revelan que Dios destruirá a esta ramera y a sus hijas rameras, de una vez por todas, haciendo que la bestia sobre la que cabalga se vuelva en contra suya (Apo.17:16). ¡Pero primero ella debe “cabalgar” sobre la resurrección final del Sacro Imperio Romano babilónico!
Queda poco tiempo antes que aparezca esta resurrección final, con el maravilloso reino de Dios a surgir poco después (Apo. 19:11-16).
Capítulo 18: El juicio de Babilonia
Este capítulo describe el juicio final y la destrucción de Babilonia. El versículo 17 muestra que su colapso viene rápidamente. Los mercaderes del mundo estarán espantados de cómo este poderoso sistema económico pudo venir tan repentinamente a una ruina tan completa.
¡Las naciones modernas de Israel están engañadas y son parte de ese sistema babilónico! (Jeremías 50:4-8, 13-15; 51:6-9 e Isaías 47:1, 5, 7-9, 11; 48:1, 12, 17-20 lo describen). La antigua Israel estuvo en Egipto cuando Dios derramó Sus plagas. Al igual que Israel, Dios nos llama a salir del “Egipto” de este mundo.
Entienda esta instrucción básica acerca del llamamiento cristiano. El pueblo de Dios no es de este mundo ni de sus sistemas (Juan 17:14-16). Referente a los sistemas religiosos y políticos de esta Babilonia, Dios instruye: “Salid de ella, PUEBLO MÍO, para que no seáis partícipes de sus pecados” (Apo. 18:4). Babilonia significa confusión. Los verdaderos siervos de Dios han salido de este mundo, de sus gobiernos y de su confusión (I Cor. 14:33). Puesto que ellos están separados del mundo, también serán separados y librados de sus plagas.
Capítulo 19: La Cena de Bodas y otra cena
El escenario del capítulo 19 es en el cielo. Muchos ángeles rodean el trono de Dios (vs. 1-2), describiendo Sus “juicios… justos” sobre la gran ramera.
Ahora que ella se ha ido, y Cristo ha regresado, ¿qué sucede a continuación? “Y oí… la voz de una gran multitud… que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es lasacciones justas de los santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a lacena de las bodas del Cordero” (vs. 6-9).
El Nuevo Testamento identifica a la Iglesia como la prometida de Cristo. Varios pasajes revelan esto (Mat. 25:1-10; Efe. 5:23). A Su regreso, en uno de los eventos más asombrosos de toda la historia, ¡Cristo se casará con Su Iglesia!
Apocalipsis 19:11-13 describe a Cristo, y el versículo 14 describe a los “ejércitos” de ángeles uniéndose a Él en los cielos. Los versículos 17-18 muestran que una vasta bandada de aves de presa come la carne de los ejércitos muertos, asesinados en el capítulo 16. A esta otra “cena” se le llama la “cena del gran Dios”.
El capítulo concluye con una descripción de la ejecución de la bestia y del falso profeta en un lago de fuego localizado.
Capítulo 20: Las tres resurrecciones
El capítulo 20 presenta el reinado de Cristo de 1.000 años sobre la tierra. En este tiempo, el mundo verdaderamente será un “paraíso”, puesto que Satanás habrá sido atado y arrojado en el pozo del abismo (vs. 1-3). Este capítulo también explica las tres resurrecciones separadas que son centrales para el Plan de Dios.
Los versículos 4-6 describen la primera resurrección y el reinado de los santos con Cristo por 1.000 años, que usted ahora sabe que ocurre cuando suena la séptima trompeta y Cristo retorna a la tierra.
En Mateo 25, que es en realidad una continuación de la profecía del Monte de los Olivos del capítulo 24, Cristo habla de este trascendental evento. Los ángeles vienen del cielo con Él cuando establece Su reino.
Note el cuadro una vez que Cristo sea establecido sobre Su trono: “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con Él, entonces se sentará en su trono de su gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: venid, benditos de Mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo” (Mat. 25:31-34).
Esta es una escena impresionante y maravillosa. Justo antes de la crucifixión y ascensión al cielo de Cristo, Él dijo: “Y si me fuere…vendré otra vez” (Juan 14:3). Aquí, Cristo da la recompensa a cada uno de Sus santos. Ellos “heredan el reino” con Él y gobiernan por 1.000 años.
Pero debemos hacer una pregunta más grande, más allá de los eventos inmediatos profetizados a lo largo de los primeros 19 capítulos del libro de Apocalipsis: ¿Qué tendrá lugar después del reinado de 1.000 años de Cristo sobre la tierra?
La descripción de otros eventos se encuentra comenzando en Apocalipsis 20:7 y continúa hasta el final del libro. Los versículos 7-9 realmente describen una profecía que pertenece al final del milenio, cuando Satanás es desatado brevemente de su prisión y busca revertir los 1.000 años de paz. El versículo 10 describe su destino.
Comenzando con el versículo 11, los siguientes cinco versículos describen la segunda y terceraresurrección, de las cuales la mayoría tiene poco o ningún conocimiento. Leamos primero: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras” (vs 11-12).
Esto ha sido denominado como el Juicio del Gran Trono Blanco, en el que todos los seres humanos que han vivido alguna vez recibirán una oportunidad para la vida eterna. Aquí es cuando toda la humanidad, desde Adán, será resucitada a la vida física por 100 años (Isa. 65:17-25). Todas estas masas serán “juzgadas” mediante la Palabra de Dios — “los libros” de Apocalipsis 20:12. Este juicio no es nada como el supuesto “juicio” que muchos visualizan, donde se cree que las personas en algún momento en el Plan de Dios, “se alinean en el cielo” delante de Él “para ser sentenciados”. El períododescrito aquí es un juicio que dura 100 años, y a las personas les es dada una oportunidad plena para responder, o rechazar, el camino de Dios — ¡y la salvación eterna!
Luego el versículo 13 dice: “Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades [la tumba] entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras”. La primera parte probablemente se refiere aún principalmente a la segunda resurrección, pero la última parte se refiere directamente a la tercera resurrección, con el versículo 14 añadiendo:“Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda”.
Cuando habla de nuevo, una segunda vez, de los hombres siendo juzgados según sus obras, claramente se está refiriendo a la tercera resurrección (vs. 14), porque el contexto pertenece al infierno(Gehena) y a la muerte (la idea y la realidad completas de la muerte física y eterna — Apo. 21:4) siendo destruidos en el lago de fuego. Note: “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Apo. 20:15).
Este último cumplimiento — la tercera resurrección — ocurre en el mismo final del Plan de Dios, el tiempo después que Él le haya dado a cada persona que haya vivido alguna vez una oportunidad completa de calificar para entrar a Su reino.
No habrá escapatoria del resultado final del pecado sin arrepentimiento — la “segunda muerte” en el “lago de fuego”.
Cristo dijo: “Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (Mat. 25:41). Él explicó que el fuego eterno — el lago de fuego — fue preparado para el “diablo y sus ángeles [demonios]”. En el versículo 46 Cristo continuó: “E irán éstos [los desobedientes] al castigo eterno [no atormentados]; y los justos a la vida eterna”. ¡Aquellos que sean juzgados no aptos — descalificados — para la vida eterna serán arrojados dentro del lago de fuego!
Cuando sean arrojadas dentro al lago de fuego, estas personas irán a través de lo que Dios define como “la muerte segunda”, de la cual no hay resurrección: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (Apo. 21:8). Aquellos lanzados a este lago de fuego después del milenio, serán consumidos para siempre.
¡Que todos teman ese destino!
Cuando el capítulo 20, versículo 10 se refiere a la bestia y al falso profeta siendo arrojados dentro de “un” lago de fuego (19:20), esto es un tipo de la muerte segunda. Ellos serán resucitados en el Juicio del Gran Trono Blanco (Apo. 20:11-13) y recibirán su primera oportunidad de salvación.
Capítulo 21: Nuevos cielos, nueva tierra y Jerusalén
Finalmente, los capítulos 21 y 22 ilustran la última fase del Plan de Dios ¡con el establecimiento de los nuevos cielos, la nueva tierra y la nueva Jerusalén!
Eventualmente, al final de Su Plan, Dios morará sobre la tierra, en vez del cielo. Juan registra el tiempo cuando la nueva Jerusalén vendrá aquí desde el cielo.
El capítulo 21 revela más sobre la finalización del Plan de salvación de Dios, y la purificación de la tierra por fuego (II Pedro 3:10-12). Los versículos 1-3 dicen: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, lanueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo [morada] de Dios con los hombres, y El morará con ellos; y ellos serán Su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios”.
En este tiempo, la tierra será la sede del gobierno de Dios. Este gobierno continuará creciendo, literalmente sin fin. Tome tiempo para leer Isaías 9:7 y Lucas 1:33.
El plan maestro de Dios abarca la eternidad. Aquellos que entren a Su reino no estarán ociosos. Ellos estarán activos y serán productivos — y ¡continuarán cumpliendo Su propósito! Hebreos 2:6-8 explica que Dios finalmente colocará al hombre en autoridad sobre “todas las cosas” — el universo entero. (Lea nuestro folleto gratuito ¿Cómo la religión lo engaña a usted acerca de su increíble futuro? para ver esto explicado a profundidad.)
Es difícil captar la gloria y la magnitud de lo que estaremos haciendo por la eternidad. Pero Apocalipsis 21:5 nos da un indicio: “He aquí, yo hago nuevas todas las cosas”.
Capítulo 22: Promesas y advertencias
En el versículo 7, Cristo dice: “¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro”. ¡Vuelva a leer esta promesa hasta que se sumerja en ella!
Lea ahora los versículos 18-19, los cuales dan una advertencia directa a cualquiera que añada o quite algo ya sea de este libro, o de las Escrituras en general. ¡Lea de nuevo esta advertencia hasta que se sumerja en ella!
El versículo 15 describe a aquellos quienes, no dispuestos a arrepentirse de sus estilos de vida degenerados, nunca estarán en el reino de Dios: “Mas los perros [ministros falsos] estarán fuera, y loshechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira”. Vea también Gálatas 5:19-21.
Hay urgencia en las palabras de Cristo a través de Apocalipsis 22. Por segunda vez, Él dice que vendrá otra vez, pero esta vez revela lo que Él traerá consigo: “He aquí Yo [Cristo] vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra” (vs. 12; también vea I Cor. 15:50-54). Cristo viene a la tierra, trayendo con Él las recompensas para cada santo — no de otra manera. ¡Los salvos no van al cielo!
Las últimas palabras de Cristo en Apocalipsis son: “El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús” (vs. 20).
Dios le ayude a usted a atender la advertencia de este libro y a recibir recompensa de Cristo cuando Él regrese — ¡PRONTO!
Una gran profecía está siendo cumplida
Para concluir su folleto ¡El libro de APOCALIPSIS por fin explicado!, Herbert W. Armstrong escribió lo siguiente, bajo el subtítulo “¿Dónde estamos hoy en la profecía?”:
“Pero ahora, finalmente, ¿se da cuenta usted de dónde estamos parados hoy? Estamos en la treguasemi-caótica en medio de la segunda y la tercera guerra mundial. ¡Pero una cosa está profetizada paraahora! Uno de estos eventos profetizados está teniendo lugar en este instante. En Su gran profecía del Monte de los olivos, que era la misma llave para los símbolos de Apocalipsis, los discípulos le preguntaron a Jesús en privado cuál sería la señal de Su venida, y del fin de este mundo — ¡el mundode hoy!”
“Cuando Jesús les dijo de los muchos que irían predicando en Su Nombre, proclamando que Jesús es elCristo, sin embargo engañando al mundo sobre el Evangelio de Cristo — ese no era el final. El hambre y la pestilencia por venir no eran la señal de Su venida, ni del fin de este mundo. La serie deguerras mundiales no era la señal de Su venida, ni del fin. Es sólo en el versículo 14 de esta profecía donde Él la dio. Deseo que usted note la tremenda relevancia de esto: ‘Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin’ (Mateo 24:14)”.
¡Ahí está! Jesús proclamó el Evangelio del reino de Dios — ¡el cual son las buenas nuevas del mundo de mañana! Pronto, los hombres salieron proclamando a Cristo — ellos se apropiaron de Su Nombre y del prestigio de Su Nombre a fin de engañar al mundo, y de esconder del mundo el mensaje que Cristo trajo. Pero, en este tiempo del fin, cuando el fin de esta era está cerca, este mismo Evangelio del Reino de Dios — el gobierno de Dios — naciendo dentro de la familia de Dios — ¡este mismo Evangelio está siendo anunciado ahora una vez más a todo el mundo! Esa profecía está siendo cumplida…”
POR DAVID C. PACK
POR DAVID C. PACK