¡Niño Jesús!
Reconocemos en ti el amor
de Dios a los hombres,
tú nos traes de parte de Dios,
la esperanza de la salvación.
Te pedimos que nos ayudes descubrir
nuestros derechos de hombres,
a comprendernos, respetarnos
y valorarnos los unos a los otros.
¡Oh dulcísimo Niño Jesús!
Tú que bajaste de los cielos
hasta tocar nuestra tierra,
danos un corazón sensible,
líbramos de la indiferencia,
haz que seamos capaces
de comprometernos
y ponernos de parte
de los pobres y abandonados
que se debaten entre tensiones y conflictos,
que seamos generosos con todos.
Amén
LUCAS 2-40
"El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre El".
CONFRONTEMOS
Lucas 2, 46-47
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