Madre nuestra de las Lajas, con la confianza más grande y con el amor más puro, llegamos a tus pies. Nosotros sabemos que en la ternura de tu regazo el afligido encuentra consuelo; El desvalido un auxilio; el enfermo alivio; El pobre mil esperanzas y perdón el pecador. Madre nuestra de las Lajas atiende los ruegos y plegarias que te dirigimos desde el fondo de nuestros corazones.
Guárdamos de los peligros, asístenos en las tribulaciones, socórrenos en nuestras necesidades, bendícenos y alcánzanos de tu Santísimo Hijo las gracias y bendiciones para llevar una vida buena y obtener una santa muerte. AMEN
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