Dios misericordioso,
que en el corazón de tu hijo,
corazón de rey,
corazón de hermano,
corazón de amigo,
herido por nuestro pecados,
has depositado infinitos tesoros de caridad,
como fuente inagotable
de consuelo y de salvación,
concédenos recibir
de esta fuente divina
una inagotable abundancia de gracia,
para que al rendirle
el homenaje de nuestro amor,
podamos ofrecerte una cumplida
reparación que encienda en nosotros
el fuego de la caridad
y nos impulse a unirnos mas
a Cristo y a reconocerlo
presente con los hermanos.
AMEN
MATEO 11, 28-30
"Venid a mi todos los que estáis castigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mi que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas. porque mi yugo es suave y mi carga ligera".
CONFRONTEMOS:
SALMO 97 (96).
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